Por parte de la religión católica se lleva a cabo la purificación de la Virgen María después del nacimiento del niño Jesús, quien lo llevó hasta una iglesia para hacer este ritual después de 20 días del parto, es decir del 24 de diciembre al 2 de febrero.
De acuerdo con la antropóloga Katia Perdigón, el 2 de febrero, día de la Candelaria, la Virgen solía ser la protagonista del festejo, pues era cuando se cumplían exactamente 40 días después de Navidad, por lo que la Virgen acudió a la Iglesia para ser purificada y dar gracias a Dios por la llegada de Jesús a la Tierra.
También se dice que un anciano llamado Simeón, quien era traductor de la Biblia del hebreo al griego, dudó traducir la palabra “virgen” tal cual, pues él creía que lo correcto era poner “mujer”. Justo en ese momento recibió una revelación divina en la que se le indicaba que no debía cambiar el significado de la Virgen y también que no moriría hasta ver al niño Dios.
En México, se tiene la costumbre que el día 6 de enero se parte la famosa Rosca de Reyes en donde se encuentran muñequitos en representación al niño Dios, consiste en que si a la persona le sale el muñeco, tendrá que preparar unos tamales para el día 2 de febrero.
En la página México Desconocido, el sociólogo Arturo Cardoso de la FES Acatlán, menciona que el festejo del día de la Candelaria en México es un sincretismo entre la cultura prehispánica (en donde aporta con los tamales), católica y judía que se ha modificado con el paso del tiempo.
Y es que, como vimos, hace mucho tiempo en el día de la Candelaria principalmente se celebraba la purificación de la Virgen, pero a partir de la primera década del siglo XX la celebración del niño Dios tomó muchísima fuerza en México igual que la idea de colocarle distintos atuendos.
Emmanuel González
Corresponsal ICEL. Campus Tlalpan.
Estudia en Universidad ICEL y paga solo el 50% de descuento en la primer parcialidad. Obtén además 20% de beca a partir de tu segunda parcialidad. (Promoción válida durante el mes de febrero de 2023).
Las opiniones expresadas en los artículos son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no necesariamente reflejan los puntos de vista de Universidad ICEL.